domingo, 5 de agosto de 2012

Cuando ya nada queda

Cuando ya nada queda de aquello que en España vislumbraba algo de lustre y nos alimentaba la esperanza de tener un país mejor, ha llegado el sablazo que da el mal gobernante a sus compatriotas.

En realidad el sablazo ha venido antes, sablazos fueron más bien los recortes en sanidad y educación, la subida del IVA o un cambio legal que haría de Gandhi, un terrorista. Quizás podríamos calificar de estocada al rescate y medio a por el que vamos. En realidad la purga de Ana Pastor en TVE tan solo es una puñalada trapera. Quien sabe cuándo llegará la puntilla.

Hace ya tiempo en Estrasburgo, no daba crédito a mis oídos, cuando escuché en la radio pública francesa en horario de máxima audiencia, a un periodista replicar a un ministro “Miente, y no le permitiré que mienta a nuestra audiencia” En ese momento me entristecí mucho porque jamás pensé que en España algo así era posible. 

Pero me equivocaba, corría el año 2007 y se estrenaba fulgurantemente en “Los desayunos” Ana Pastor que se atrevía con eso y con más. Las entrevistas de Ana Pastor me han acompañado estos últimos 4 años. Cuatro años en los que he disfrutado viendo al entrevistado en un brete, respondiendo preguntas incomodas y sobretodo olvidando de aquel ominoso  ¿Cómo es usted tan buen presidente? de Urdaci, tan solo comparable a la desfachatez de Esperanza Aguirre “Está usted comprando el argumento de NUESTROS adversarios”.

Ana Pastor trajo dignidad a una profesión y a un país tan falto de grandes profesionales, en la información como en tantos otros gremios. La ética profesional o la deontología deberían darse por enteradas, y partir para siempre al exilio. En España se prefiere el servilismo, y no solo en el medio periodístico.

El ejemplo de Ana Pastor y su deposición no es tan solo un símbolo. Detrás del contrato yace la libertad de expresión y el tan preciado derecho a la información, quizás los dos valores más complicados de respetar y salvaguardar en una democracia.

Buscar una opinión objetiva en España desde un medio libre de toda lógica empresarial o política se ha extinguido. Así que hay seguiré escuchando NPR, France Inter o viendo BBC, PBS o France Deux y deseando que en España no terminen por arrodillar a los periodistas, y que la era de los lacayos termine rápido.







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