jueves, 28 de octubre de 2010

Hasta simpre K, Hasta siempre Néstor

No soy muy partidario de los obituarios. Pero esta vez voy a hacer una pequeña excepción debido a los comentarios atroces que he escuchado sobre este gran político latinoamericano. A mí que me resbala un poco esta tendencia de que todos los muertos son santos y grandes hombres, hoy voy a romper una lanza por este gran hombre que recogió un país en la más absoluta de las miserias y acabó llevándolo a donde siempre le ha correspondido estar a la Argentina, al G-20 como potencia emergente.

Néstor Kirchner ha sido un político de talla que ha sabido plantar cara a la vergonzosa corriente ultraliberal de los 90 que vivía Argentina (y no sólo la Argentina sino también la maquinaria peronista) y que llevó la Argentina al desastre, a una situación que empobreció a la clase media hasta llevarla a la miseria y el hambre.

Kirchner se enfrentó también a los demonios del pasado, tuvo valentía y tesón para llevar a los militares golpistas y torturadores ante la justicia. Haciendo Archivo Nacional de la Memoria, la ominosa Escuela de Mecánica de la Armada donde a los defensores de la democracia les esperaba la tortura y el cinismo de los militares que habían colgado “Perded toda esperanza”.

Kirchner supo enderezar la economía de un país en bancarrota y una de las peores catástrofes monetarias como fue la del “Corralito”. También supo librar a la Argentina del pesado yugo de la deuda externa, la misma que perpetuaba los planes de estructuración que desestructuraban la economía y vendían al peor postor las compañías públicas durante la época Menem. Un dinero que pidió la dictadura militar para masacrar a su población y embarcarse en la quijotada de las Malvinas y que con tanto esfuerzo tuvo que devolverse como recordó amargamente en su discurso de asunción como Presidenta, Cristina Fernández, como debían priorizar el pago de la deuda a los presupuestos sociales y como esto le causaba unos conflictos ideológicos.


Kirchner ha sabido llevar una política internacional que ha devuelto a Argentina al mundo, y como muestra un botón, su último cargo como Secretario General de la nueva organización de integración regional UNASUR, pero no solo eso, sino que consiguió la entrada en el selecto grupo del G-20.

Cómo senador, una vez que dejó la presidencia en manos de una gran política de su partido, mano derecha durante una carrera política que habían construido juntos en momentos muy duros de la política Argentina le debo mi más sentido y personal hito, que fue su defensa a ultranza del matrimonio homosexual en el Senado donde la estrecha mayoría peronista no se podía permitir disensiones internas, utilizando su merecido prestigio político para sacar la votación adelante.

Mi más sentido pésame a su viuda víctima del machismo y la calumnia, una mujer de estado peronista que ha sabido continuar y engrandecer el legado de su predecesor en el cargo. Una mujer que como mujer ha sido vilipendiada por entrar en ese mundo de hombres y además de cometer el gran pecado de casarse con su compañero de carrera política con el que juntos consiguieron llegar a la cumbre desde sus primeros cargos, el de Cristina como diputada nacional en el 89 y el de Néstor como como alcalde primero y después en el 93, como Gobernador. La Argentina está de luto y la Historia le recordará.

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